Recientemente se han visto medusas con manchas blancas en la bahía de San Diego
Aunque ocasionalmente recibimos visitantes de Australia en los cruceros de observación de cetáceos de Hornblower, recientemente se ha visto a otro visitante australiano flotando y pulsando en la bahía de San Diego junto a los barcos. Estos visitantes son medusas con manchas blancas (Phylorrhiza punctata), que son nativas de Australia y se han introducido en muchas zonas, como Hawai, el Caribe y el Golfo de México. Las medusas de manchas blancas se notaron por primera vez en aguas de San Diego en la década de 1980 y probablemente fueron traídas accidentalmente a nuestra costa en el tanque de lastre o adheridas al fondo de un barco. En septiembre de 2015 y de nuevo este año, las aguas más cálidas de El Niño pueden estar relacionadas con las explosiones de población y el aumento de los avistamientos de esta especie.
Las medusas son cnidarios, un grupo de animales acuáticos urticantes que incluye a las anémonas de mar, los corales, las medusas de caja, los hidroides y los sifonóforos (hombres de guerra portugueses y otros animales gelatinosos coloniales a la deriva). La medusa (o fase adulta) es lo que solemos considerar una medusa y es la fase vital de las medusas de manchas blancas de la bahía.
Como la mayoría de las medusas, las medusas de manchas blancas tienen células urticantes en sus tentáculos que utilizan para capturar zooplancton (animales diminutos a la deriva) y para defenderse de posibles depredadores. Aunque estas medusas pican, se consideran ligeramente venenosas y no son perjudiciales para el ser humano. Sin embargo, pueden dañar los hábitats. Las especies introducidas involuntariamente, como la medusa de manchas blancas, se denominan especies "foráneas" o "invasoras". El problema de las especies invasoras es que pueden superar a las especies autóctonas que se alimentan de los mismos tipos de presas, especialmente durante las explosiones de población. Aunque en San Diego no se ha observado ningún impacto perjudicial, en el Golfo de México grandes enjambres de estos visitantes foráneos han amenazado a algunas poblaciones de peces y camarones autóctonos.
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